domingo, 19 de abril de 2009

Amarillo, verde y azul son los colores de la primavera. Me gustaba la idea de empezar el texto con esta frase porque son los colores que veo desde mi ventana. Bueno, en este momento también se ven unas nubecillas blancas adornando el cielo. Las hojas de los árboles están cambiando de color; están cogiendo ese color amarillento mezclado con un verde intenso. Sin embargo, hay un árbol al que le cortaron sus ramas que está intentando crecer. Había una sábana azul enredada en sus ramas desde hacía ya cinco años. Ningún podador quiso cortarlo, se había aferrado tanto a sus hojas que el barrio entero contemplaba cómo se querían.


Hace un mes que vinieron a separarlos, ahora, una sombra esquelética adorna el edificio pero se va alegrando porque van creciendo sus hojas, poco a poco van saliendo. Está envidioso, el árbol de al lado tiene todas sus hojas intactas, bien verdes y sonriendo a su fantástico público.


Es como una lucha de clases. Recientemente ando viendo una serie que para mi era nueva y resulta que todo el mundo la conoce. Gossip Girl apareció en mi vida el martes pasado, cuando Cuatro la estrenaba. Le dije a mi madre (la mejor crítica de series que no van a triunfar), vamos a verla, a ver de qué va. Nos pusimos, y las dos con las bocas abiertas de tanta pijería asquerosa y radiante popularidad, dijimos, bah, tampoco es para tanto.

Bueno, pues estamos enganchadas. Ella ha sido un poco más reticente en admitirlo, pero lo he conseguido. Hemos puesto a Nadal en un segundo plano y nos hemos tumbado en el sofá apotronadas 3 horas sin parar de ver capítulos.


Si hay algo bueno en la serie es que los que no somos tan pijos nos podemos sentir indentificados con uno de los personajes, que aunque vive en un loft impresionante, intenta lidiar con la pijería de su clase de un gran instituto de Manhattan.


Quizá esté malgastando mi tiempo libre, pero estoy intentando quitarme la espinita clavada de Anatomia de Grey.


jueves, 16 de abril de 2009

Los buenos periodistas no tienen amigos, tienen fuentes.


Si enciendes la tele por la noche, dependiendo de la hora, puedes ver las noticias nocturnas, series americanas compradas por una cadena en auge o La2. Si, si, de vez en cuando La2 aparece en medio del zapping sorprendiendo a quien la ve. Esta vez había un programa cuyo nombre no recuerdo pero que, en grandes rótulos, tenía escrito "Los buenos periodistas no tienen amigos, tienen fuentes". Se trataba de una especie de documental donde hablaban de las grandes películas que han homenajeado al periodismo. También hablaban de una serie británica llamada algo así como "State of nose qué", que trataba acerca de un periodista que actúa de free-lance en el Herald.


Llevo meses planteándome si la elección de esta profesión es la acertada, si de verdad quiero dedicarme a esto o a criar cerdos en el campo. No se. Tengo un come-come que a veces no me deja ni sonreir. Quizá sea porque estamos en crisis y apenas hay trabajo para nadie. Aunque en realidad sólo es una manta para cubrir las pocas ganas que tengo de seguir con esta carrera. Acabé Derecho en febrero, con la ilusión y esperanza de que, al terminar, encontraría un trabajo en el que superar mis expectativas profesionales. Lo que me encontré fue con... esperate que no me acuerdo... ¿dinero? ¿un puesto idóneo para mi? ah no, no me encontré con nada.


Frustrada en la búsqueda de un puesto de trabajo y con la imposición de mi nuevo coche por parte paterna, tuve que tomar una decisión: o me hundía y amargaba a todo aquél que pasara por mi lado, o cogía fuerzas de donde no las hubiera y me animaba. Opté por la segunda opción, gracias a Dios.


Vendí mi viejo coche (pobre fiesta, te echo de menos), me apunté a inglés en la universidad para sacarme el First y me propuse seriamente "sacar notazas este cuatrimestre". La primera prueba está conseguida, vendí el coche y me hice con pasta. La segunda... dejemos en que me quedan 15 temas para acabarme el libro. Y la tercera... mejor no hablar de la tercera.


Una sombra de dudas inunda mi cabeza, me gustaría que alguien me mostrara lo que voy a ser en un futuro. ¿De verdad no podré tener amigos?

martes, 14 de abril de 2009

Viaje a Palma de Mallorca

Semana Santa mallorquina


Hacía un frío horrible cuando salí de mi casa aquél viernes santo. La tradición manda no comer carne en tan señalado día pero en mi casa vamos al revés del mundo. El jueves santo fue cuando degustamos nuestro querido potaje español: una mezcla de acelgas, garbanzos y judías blancas. Una deliciosidad. Pues eso, que como no se podía comer carne, mi madre decidió hacer el potaje el jueves santo y no el viernes. Una deliciosidad.


El viernes, y después de una semana sin vernos, llegué a Palma con la ilusión de una niña pequeña por ver sus regalos de reyes. Me fue a buscar Pilar y Pablo me llamó diciéndome que no salía al mar porque no había viento. Mi ilusión creció porque eso significaba que le podía ir a ver al Club Naútico de Palma. Raudas y veloces acudimos en su búsqueda. Apareció entre las joyas de la corona española con su sonrisa, con esa sonrisa que siempre tiene para mi.



Palacio de Marivent, residencia de los Reyes.

El sábado fuimos a ver uno de los partidos de los play-off de voley donde juega mi amigo juan, el mejor líbero que ha tenido España y el voley español. Por la noche, decidimos ir a cenar a casa del suegro y ver el partido de mi barça, que por supuesto ganó. Después de unas copas de cerveza, vino y Brugal nos fuimos a la Posada del Loro, uno de los lugares que más gusto me da visitar en mis estancias palmeras. Allí tomamos copas sin parar, Xavi, Pablo y yo nos divertimos como tres niños pequeños pero con la semblanza y la borrachera de unos adolescentes insatisfechos. Acto seguido nos fuimos a Marsalada, conseguimos evitar la cola que daba la vuelta al Club de Mar y entramos. En el ropero había una gran bandada de personajes que me tocaron el lado sensible. Uno de estos personajes me habló en catalán, lengua oficial respetada de nuestro querido país, sin embargo, cuando hablas con una persona que no habla catalán, deberían intentar hablar castellano. Pues el susodicho me increpó y vaciló y me siguió hablando en catalán, lo que enfadó a mi novio, que también habla la mencionada lengua oficial. En realidad, no recuerdo muy bien en qué quedó el asunto debido a mi alto grado de etilidad. Lo que si recuerdo es que fue una gran fiesta que espero poder repetir dentro de poco tiempo.

Los 4 borrachos del Apocalípsis

La mañana del domingo pasó entre voley y gasolineras. Mi novio ha adquirido una Bultaco Lobito, o lo que es lo mismo, una moto de cross. Le cambiamos el aceite y listos para ir al chino a comer con mi gran resaca mañanera. Por la tarde, después de intentar apaciguar la resaca con una mini-siesta, nos fuimos los 4 a buscar a Rosa a Cala Rajada, un pueblito al norte de la isla, en la otra punta de Palma, pero que merece la pena visitar. Visitamos Cala Gat, Cala Mesquida, La Olla, y una pequeña laguna entre dos acantilados. Después degustamos una pequeña cena en un bar de lujo de Cala Ratjada y con lo puesto, y mi resaca, nos bajamos otra vez a Palma a intentar dormir. Aquí algunas fotos del día.



Cala Ratjada Portals

Cala Mesquida La Olla

Cala Gat


Y el lunes llegó el gran día. Hubo comida familiar, con cordero y chuletas. Todo muy rico a cargo de la Señora de la casa.
Para terminar el día, y las vacaciones, celebramos nuestro aniversario con una cena en nuestro restaurante favorito de Palma. Luego dimos un paseo romántico por la playa de Palma y bajo la luz de las velas se nos hizo de noche.

miércoles, 8 de abril de 2009


LA INDECISIÓN




Llevo toda la tarde pensando en que tengo que hacer algo y no se exactamente el qué. Algunos me dicen que estudie. Otros que haga deporte y salga a correr. Pero mi mente no hace caso a nadie. Me limito a ver mi programa preferido de la tele, disfruto con sus contenidos y, más aún, de sus personajes. No diré el nombre del programa para que nadie ose a decirme improperios.


El problema llega cuando el programa acaba y me lanzo la misma pregunta todas las tardes: ¿Qué hago ahora? ¿Estudio?, no, es demasiado pronto. ¿Salgo a correr? no, me cansaré. ¿Limpio la bici y pedaleo? no, me da mucha pereza. ¿Salgo a dar un paseo? ¿Yo sola? qué friki.

Ayer fui al cine con Vane. Vimos Slumdog Millionaire y salimos realmente fascinadas. Cuánta suerte tenemos los que vivimos al sur.




Hoy me ha surgido el mismo problema. Ha acabado ese dichoso programa y me he hecho la misma pregunta. Asi que he cogido la bici, ya limpia de hace un par de días, y me he puesto a pedalear mientras veía un horrible programa en la tele. En él, un cantante que hace las veces de mal presentador, hay 25 chicas en busca de su hombre ideal. Parecen 25 ovejas que van a ser sacrificadas y están pidiendo por favor que no lo hagan. Es de esos programas denigrantes que demuestra cómo es la cultura de nuestro querido país. ¡Fuera esos programas!


Hoy Evelyn me saca de casa y veremos qué nos depara la tarde.


Mañana Jueves Santo tiene toda la pinta de ser otro jueves santo aburrido. Menos mal que el viernes ya no estoy en el sur....